El pozo está cerca, veo su borde, las cuerdas que me empujan hacía su interior son varias y de diversos tipos, y a veces no tengo tanta fuerza como creo.
Pero no me queda otra que sacar vitalidad de donde no la hay porque en esta lucha estoy solo, las ayudas nunca llegaron ni llegarán.
Como dicen por ahí, lo mejor de estar en el abismo, es que es muy difícil caer más bajo, puedo decir que hasta me acostumbre a estar en el bordecito y de vez en cuando saltar en una pata.
No tengo ninguna frase inteligente/irçonica/paradójica para cerrar este texto.