domingo, 21 de febrero de 2010

El humo


El humo es muy espeso,  corta el aire de una modo especial, permitiéndome pensar; algunos



dirán que es otra noche perdida, un día mas tirado a la basura. Necios! No saben que en la oscuridad mas recóndita se esconde el cambio mas profundo, inherente a nuestra misma naturaleza. Enaltezco a los que leen y escucha hasta sangrar, aquellos que aun sabiendo casi todo, no dicen casi nada, yace aquí la verdadera nobleza (Borges decía que se jactaba por los libros que leía, no por los que escribía); prefiero mil veces morir buscando mi felicidad que vivir ocultando mi malestar. No pretendo ser confundido con esas mentes perezosas que definen el mundo en Bueno ó Malo, nada mas lejos de ese maniqueísmo, Los dioses, los libros y los ríos se ríen de ellos. Cortazar escribió “allá en el fondo está la muerte, pero no tengas miedo”, ¡qué lucidas palabras julio! Pero que difícil llevarlas a cabo, hasta los espíritus mas elevados temen a la muerte, al final ineludible, a la meta impuesta; pero que siniestros o misteriosos modos tiene la naturaleza, que nuestra peor maldición es lo nuestra mayor virtud, el amparo. Todas nuestras recreaciones son una mera respuesta a la fatalidad, es una forma de perdurar mas allá del soma, es dejar un legado, una estirpe, ser parte de una memoria colectiva, es la mas altanera demostración del alcance de nuestro ego, la torre de babel por antonomasia. Si, tememos a la muerte, quizás porque no nos creemos merecedores de tal tormentoso designio.
Y como repudiando el destino, acá estoy rehaciendo estas palabras, estos versos, con ideas que yo creo mías, pero que se que no lo son, reminiscencia cruel, acepto que solo trasformé oraciones ya pensadas desde antes de la creación misma; sin embargo eso no me detiene, y enfrento mis decisiones con la mayor fortaleza posible, ¿de que sirve seguir una rutina, cuando creo en el cambio constante, inevitable, benefactor e inevitable? ¿Para que no ir en busca de mi nuevo impulso?
No pretendo ser reaccionario; analicé, decidí y ejecuté, pero se que no depende de mi ese calificativo.
Canso los oídos de mis conocidos con ideas acerca de la inexistencia de la libertad, tal vez estoy equivocado, eso es lo de menos.
Solo te pido que lo pienses, la duda es lo que nos hace lo que somos, no las repuestas.
¿O no?. 

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