Paradoja lógica

Ya saben, el tiempo sigue pasando, y a través de su paso, a veces, algunas cosas van

cambiando. Hace exactamente un año, a esta misma hora, yo iba caminando por esta misma calle, y es entonces que me viene a la mente ese recuerdo y la inevitable comparación con el presente. Pareciera una redundancia decir que en aquel entonces era un año más joven, pero no deja de inquietarme el hecho de que me sentía un año más viejo; pero eso no es lo importante. Intenté recordar que sueños y expectativas tenía, como ideaba al mundo y como proyectaba al futuro. Pero me encontré con la ingrata y sínica sorpresa de nada de eso se hallaba en mi memoria, por mas que revolviera miles de imágenes y sonidos y sensaciones, me era imposible toparme con aquello buscado; era como si me hubieran robado esa parte fundamental de mi ayer. Entró a correr la desesperación, todo un mundo se vino abajo, los ataques de paranoia se dispararon a los rincones más oscuros de toda conspiración conocida. Decidí detener mi marcha y sentarme en un banco de la plaza, necesitaba calmarme, algo andaba mal, si la gente era la misma, si el lugar también, e incluso el contexto social era parecido, era inadmisible aquella muralla que no me permitía remitirme al pasado.

Fue ahí que comprendí que, quizás, el que había cambiado era yo, que ahora soy otro, igual por fuera pero totalmente distinto por dentro. En que noche mi espíritu transmutó a lo que soy ahora, no lo sé, pero puedo estar seguro que el próximo año, en este mismo lugar y a esta misma hora, otra persona muy parecida a mi, se hará las mismas preguntas y encontrará las mismas respuestas.