miércoles, 9 de marzo de 2011

J.L. Borges I

                                                             (Jorge larco)


The unending gift
(Jorge Luís Borges, Nueva antología personal, Ed. Bruguera, 1980)


Un pintor nos prometió un cuadro. 
Ahora, en New England, se que ha muerto. Sentí como otras veces, la tristeza y la sorpresa de comprender que somos como un sueño. Senti fastidio y acaso injurié de él. Pensé en el hombre y en el cuadro, y en el hombre y en el cuadro perdidos. 
(Sólo los dioses pueden prometer, porque son inmortales). 
Pensé en el lugar prefijado que la tela no ocupará. 
Pensé después: si estuviera ahí, sería con el tiempo una cosa más, otra cosa entre las cosas, una de las vanidades o hábitos que en mi mi casa recurro como una amistad; ahora es ilimitada, incesante, capaz de cualquier forma y cualquier color y no atada a ninguno. 
Existe de algún modo. Vivirá y crecerá como una música, y estará conmigo hasta el fin. Gracias, Jorge Larco, por haberme regalado este cuadro. 
(También los hombres pueden prometer, porque en la promesa hay algo inmortal).

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