martes, 15 de febrero de 2011

Arte I: Roy lichtenstein

Roy Lichtenstein, WHAAM!, 1976, 1.62 m x 4.21 m




-Uh, ahora este gil quiere escribir sobre arte, ¿qué payaso se habrá comido?-
Si bien es cierto que no debería escribir sobre arte, por el simple y contundente hecho de que soy un neófito, también es cierto que un libro de Belén Francese debería ser repudiado y quemado en plaza pública, sin embargo no solo escribió un libro, sino que además vendió bien; tomando esto como parámetro, me adentraré -de forma muy escueta y respetuosa- en el mundo del arte, los movimientos, las vanguardias y los artistas a los cuales más admiro o por lo menos, de los cuales más me gusta sus obras.


Empezaré con un artista norteamericano, nacido en la década del `20 y fallecido a finales de los `90, postmodernista, estrella del pop art (no solo de Andy Warhol se alimentaba el mundo) y, según fichas y expertos, el real maestro de esa época tan agitada y falsa en términos de creatividad.
Para entender su obra, primero debemos entender las bases de la vanguardia en la que más se destacó, el Pop Art. Los artistas creadores de este estilo recibieron una fuerte influencia del Dadaísmo, cuya esencia era la ruptura de los moldes convencionales, donde la pintura era un objeto sacro, supuestamente alejado de las leyes y las banalidades del marcado, y en verdad no lo era. Para ello, los artistas del dadá realizaban obras de arte con objetos convencionales, muchas veces lo único que hacían era simplemente poner su firma en un objeto manufacturado. Esta visión de la ruptura fue absorbida por los "popartianos" y su intención no era expresar su alma, como los expresionistas, sino más bien, alejarse de su obra, recreando objetos de la cultura popular, sin ninguna intencionalidad más que la mera decoración, a pesar que muchos quieren ver un sentido oculto en todo eso, y es que si "un bien manufacturado, hecho muchas veces por máquinas y no por la mano del artista, y su ves, un cuadro de Rafaél, con toda sus técnicas de realismo y perspectivas, son consideradas arte, entonces quizás, el arte no exista como tal".
Dentro del pop art, Roy Lichstentein resaltó por la reproducción de escenas de comics, muy populares en esa época, con la característica del uso de trazos "sin estilo", recreando a las máquinas que tan solo copian y no crean, aunque a decir verdad, esas técnicas "sin estilo" crearon, paradojicamente, un estilo que hizo a su obra inconfundible.


escribí mucho, muéranse. 

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